El cifrado es una parte crucial de la estrategia de ciberseguridad de cualquier organización. Permite asegurar y proteger los datos sensibles frente a accesos no autorizados. Teniendo en cuenta la evolución del panorama de las ciberamenazas, con ciberataques cada vez más potentes, graves y frecuentes cada año que pasa, merece la pena asegurarte de que tus métodos de cifrado están a la altura de las circunstancias.
Por desgracia, muchas empresas siguen utilizando métodos de cifrado obsoletos que las dejan peligrosamente expuestas. El objetivo del cifrado es salvaguardar la información en tránsito, pero muchos actores de amenazas prolíficas han empezado a encontrar formas de evitarlo que anulan los protocolos vigentes de algunas empresas.
En este artículo, examinaremos las vulnerabilidades que plantea el cifrado heredado y los tipos de ataques a los que son susceptibles las empresas que confían en una criptografía débil. También analizaremos las soluciones proactivas que las organizaciones pueden implementar para garantizar una postura de ciberseguridad más cohesiva y sólida.
Los riesgos de las funciones hash defectuosas
Las funciones hash son algoritmos matemáticos que producen una salida de longitud fija o "valor hash" a partir de un mensaje de entrada. Este valor hash se utiliza después en sistemas criptográficos para comprobaciones de integridad, firmas digitales y autenticación de mensajes.
Sin embargo, con el tiempo pueden descubrirse puntos débiles en las funciones hash que permiten a los atacantes producir más fácilmente colisiones hash. Esto significa que pueden encontrar dos entradas que produzcan el mismo valor hash, socavando la seguridad criptográfica.
Algunos ejemplos notables son el algoritmo de cifrado de mensajes (MD5) y el algoritmo de cifrado seguro 1 (SHA-1). En estas funciones hash de uso generalizado se detectaron fallos que permitían a los atacantes falsificar firmas digitales, haciéndose pasar por usuarios legítimos y eludiendo los controles de seguridad. Sin embargo, muchas empresas siguen confiando en algoritmos obsoletos, como MD5, para el hash de contraseñas y las sumas de comprobación de archivos. Esto deja los datos sensibles expuestos a manipulaciones y accesos no autorizados.
La actualización a funciones hash más robustas, como SHA-2 y SHA-3, aumenta significativamente la complejidad necesaria para poner en peligro los sistemas protegidos por hashing criptográfico.
Vulnerabilidades en claves de cifrado débiles
La fuerza de cualquier sistema de cifrado depende del tamaño y la aleatoriedad de las claves utilizadas. Las claves de menor tamaño son intrínsecamente más débiles, ya que reducen las combinaciones posibles que un atacante necesitaría para intentar un ataque de fuerza bruta con el fin de obtener acceso.
Los puntos débiles en la forma de generar las claves de cifrado también pueden crear vulnerabilidades. Por ejemplo, las claves generadas mediante funciones matemáticas simples en lugar de una generación segura de números aleatorios permiten a los atacantes adivinar más fácilmente las claves mediante criptoanálisis.
Algunos sistemas y aplicaciones heredados siguen utilizando estándares obsoletos como RSA (Rivest-Shamir-Adleman) de 512 bits y AES (Advanced Encryption Standard) de 128 bits. Sin embargo, ahora pueden ser descifrados en plazos factibles por atacantes con buenos recursos. La actualización a claves de mayor tamaño, de al menos 1024 o 2048 bits para RSA y 256 bits para AES, es esencial para evitar ataques de fuerza bruta
Riesgos de los antiguos protocolos SSL / TLS
Secure Sockets Layer (SSL) y su sucesor, Transport Layer Security (TLS), son fundamentales para proteger las comunicaciones y transacciones en Internet. Estos protocolos permiten conexiones cifradas entre clientes y servidores, protegiendo los datos sensibles de la interceptación y la manipulación.
No obstante, a lo largo de los años se han descubierto varias vulnerabilidades en versiones antiguas de SSL y TLS que pueden aprovecharse para comprometer las conexiones. Entre ellas se incluyen debilidades como BEAST, POODLE y DROWN, que permitían a los atacantes descifrar el tráfico TLS interceptado.
Los protocolos SSL obsoletos, como SSLv3, y las primeras versiones de TLS, como TLS 1.0 y 1.1, carecen de protección frente a las amenazas modernas. Si se siguen permitiendo estos protocolos antiguos, es probable que queden expuestos numerosos tipos de datos que, de otro modo, estarían cifrados. Las organizaciones deben desactivar las versiones SSL / TLS obsoletas y actualizar a la última TLS 1.3.
Vectores comunes de ataque al cifrado
Aprovechando las vulnerabilidades de los sistemas de cifrado heredados, los ciberdelincuentes tienen varias opciones para robar datos, infiltrarse en las redes y cometer fraudes. Algunos de los ataques más comunes son:
- Ataques Man-in-the-Middle (MitM): Aprovechando las debilidades de los protocolos de cifrado, los atacantes pueden introducirse en un canal de comunicación entre dos partes e interceptar el tráfico, y así robar credenciales, datos y claves de sesión.
- Ataques de downgrade: Cuando las organizaciones permiten protocolos SSL/TLS obsoletos, un atacante puede obligar a las conexiones cliente a degradarse para utilizar las versiones heredadas más débiles que son más fáciles de comprometer.
- Ataques de colisión de hash: Encontrar dos archivos que produzcan el mismo valor hash permite a los atacantes sustituir maliciosamente un archivo legítimo manteniendo la misma suma de comprobación falsificada.
- Ataques de fuerza bruta: Las claves de cifrado más pequeñas permiten a los atacantes probar rápidamente todas las combinaciones de claves posibles hasta encontrar la clave correcta por pura fuerza.
- Ataques de cumpleaños: La manipulación de mensajes puede producir colisiones de hash matemáticamente probables incluso contra algoritmos seguros mediante esta técnica de ataque.
- Ataques de oráculo de relleno: Aprovechando errores en la forma en que algunas implementaciones de cifrado gestionan la validación del relleno, los atacantes pueden descifrar textos cifrados.
El impacto de los ataques exitosos
Si los atacantes consiguen explotar las vulnerabilidades de las medidas de cifrado obsoletas, las consecuencias para una empresa pueden ser graves. Una organización podría sufrir cualquiera de los siguientes tipos de ataques.
- Violación de datos: Los datos confidenciales de clientes, empleados y marcas, incluida la propiedad intelectual, pueden ser robados, vendidos a la competencia o publicados en Internet.Fraude financiero: Los atacantes pueden desviar fondos en masa, realizar transacciones no autorizadas o cometer fraude con tarjetas de pago.
- Interrupción del sistema: El malware y el ransomware aprovechan los fallos de cifrado para infiltrarse en los sistemas y el almacenamiento y hacerlos inaccesibles a los usuarios.
- Incumplimiento: Un cifrado débil infringe requisitos normativos como PCI DSS, HIPAA y GDPR, lo que da lugar a cuantiosas multas.
- Daños a la reputación: La divulgación pública de ataques exitosos erosiona la confianza de los clientes y puede afectar materialmente los ingresos y los precios de las acciones.
Soluciones proactivas para una seguridad robusta
Para mitigar estos riesgos, las organizaciones deben tomar medidas proactivas para modernizar su seguridad de cifrado:
- Actualizarse a estándares de cifrado sólidos: Migra los sistemas heredados para utilizar claves de gran tamaño, algoritmos robustos y el último protocolo TLS. Deshabilita de forma generalizada los estándares y cifrados obsoletos.
- Realizar pruebas de penetración: Programa servicios regulares de pruebas de penetración para descubrir vulnerabilidades en tus implementaciones de cifrado antes de que lo hagan los atacantes, y para comprender los puntos débiles desconocidos para su corrección inmediata.
- Implementar la gestión de claves: Centraliza y automatiza la generación, rotación, almacenamiento y revocación de claves mediante un sistema de gestión de claves al que sólo puedan acceder los usuarios autorizados.
- Supervisar las anomalías: Habilita el análisis de registros, la supervisión de la red y otras herramientas para detectar tráfico cifrado anómalo y uso indebido del cifrado. Valida cualquier anomalía con datos históricos y supervisión periódica.
- Desarrollar planes de respuesta a incidentes: Documenta los procesos de análisis forense, contención y recuperación en caso de una violación relacionada con el cifrado.
- Impartir formación sobre seguridad: Educa al personal sobre el uso adecuado del cifrado y los riesgos como claves no seguras, contraseñas predeterminadas y eliminación inadecuada del hardware.
Una higiene de cifrado sólida es un componente fundamental de la seguridad criptográfica. Retirar las soluciones heredadas e implantar sistemáticamente estándares modernos sirve para reducir la superficie de ataque y obligar a los actores maliciosos a reconsiderar la posibilidad de intentar infiltrarse en tu patrimonio.
Estas sólidas soluciones descritas anteriormente proporcionarán seguridad a tu organización en su capacidad para detectar y evitar riesgos prevenibles mientras sigue operando con confianza
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Nota: Este artículo del blog ha sido escrito por un colaborador invitado con el fin de ofrecer una mayor variedad de contenidos a nuestros lectores. Las opiniones expresadas en este artículo de autor invitado son exclusivamente las del colaborador y no reflejan necesariamente las de GlobalSign.